Mangonada con Mezcal: dulzura, picante y tradición

Mangonada with Mezcal: a sweet, spicy twist on a Mexican classic

La mangonada es una bebida mexicana que combina lo mejor del mango maduro con el toque ácido del limón, el picante del chile y el dulzor del chamoy. En esta versión con mezcal Del Maguey, transformamos la tradicional receta de mangonadas en un cóctel artesanal que captura el alma de México: vibrante, colorido y lleno de sabor; en coctelería también se conoce como cocktail Mango Mezcal por su equilibrio entre fruta y notas ahumadas.

Este mangonada cocktail es ideal para quienes buscan una bebida refrescante, con el equilibrio perfecto entre lo dulce, lo ahumado y lo picante. Cada sorbo te transporta al calor de las calles mexicanas, donde el mango y el mezcal se encuentran en una mezcla irresistible.

Ingredientes

Esta receta combina la dulzura tropical del mango con el toque ahumado del mezcal y el contraste picante del chamoy y el Tajín. Cada ingrediente tiene su papel: el mango aporta cuerpo y frescura, el limón equilibra con acidez, y el mezcal añade esa profundidad característica que transforma un clásico callejero en un cóctel artesanal. Para 1 litro de Mangonada (4 copas) vas a necesitar:

  • 2 mangos maduros grandes o 2 tazas de mango congelado  
  • 60 ml de mezcal Del Maguey (recomendado: Vida Clásico)  
  • 2 cucharadas de chamoy  
  • 1 a 2 cucharaditas de Tajín o chile en polvo con limón  
  • Jugo de 1 limón fresco  
  • 1 cucharada de jarabe de agave o azúcar (opcional)  
  • 2 tazas de hielo  
  • Opcional: Sal de gusano, mango fresco y más chamoy para decorar 

Cómo hacer una Mangonada con Mezcal paso a paso

Este cóctel combina tradición y creatividad: una bebida callejera convertida en experiencia gourmet gracias al equilibrio entre dulce, ácido y picante. Con ingredientes sencillos y un poco de paciencia, lograrás un resultado digno de cualquier barra profesional.

Preparar una mangonada con mezcal es más que seguir una receta: es un ritual sensorial. Desde el aroma del mango recién licuado hasta el toque ahumado del mezcal, cada paso invita a disfrutar del proceso.

  • Prepara el mango fresco para tu mangonada: Pela los mangos, retira el hueso y corta la pulpa en trozos. Colócala en una licuadora y procesa hasta obtener una mezcla cremosa. Si usas mango congelado, déjalo reposar unos minutos antes de licuarlo para lograr una textura suave y homogénea.
  • Agrega el mezcal para realzar el sabor: Añade el mezcal Del Maguey a la mezcla de mango. El perfil ahumado del mezcal contrasta con la dulzura natural de la fruta, dando como resultado una mangonada drink con más carácter y complejidad. Ajusta la cantidad de mezcal según tu preferencia.
  • Integra el toque ácido y picante: Agrega el jugo de limón y el chamoy a la mezcla. Este paso es clave para lograr el balance entre lo dulce y picante que hace única a la mangonada. Prueba y ajusta los sabores a tu gusto, más chamoy si prefieres intensidad, o más limón para resaltar la frescura.
  • Añade el hielo y mezcla hasta lograr la textura perfecta: Incorpora el hielo y licúa todo hasta que tenga una consistencia tipo frappé. Si quieres una textura más espesa, agrega más mango; si prefieres una versión más ligera, añade unas cucharadas de agua o jugo natural.
  • Sirve y decora con estilo mexicano:  En un vaso alto, añade un poco de chamoy en las paredes interiores y espolvorea Tajín. Vierte la mezcla de mango con mezcal y decora con una brocheta de mango fresco, un toque adicional de chamoy y, si quieres un giro auténtico, un borde con sal de gusano.

La clave de una buena mangonada con mezcal está en el control de las temperaturas y capas. Al mantener el mango bien frío y licuarlo justo antes de servir, se logra esa textura cremosa característica sin que el hielo diluya el sabor.

El chamoy y el Tajín, más que simples toppings, funcionan como acentos que despiertan el paladar y resaltan los matices del mezcal. Así, cada sorbo pasa de lo dulce a lo picante y de lo afrutado a lo ahumado, construyendo una experiencia compleja y equilibrada digna de la coctelería mexicana contemporánea.

Mangonada with Mezcal: a sweet, spicy twist on a Mexican classic

Consejos para disfrutar al máximo tu Mangonada Cocktail

El secreto de una buena mangonada con mezcal empieza en la elección de sus ingredientes. Usa mangos bien maduros, ya que su dulzor natural y textura cremosa son la base perfecta para lograr una bebida equilibrada. Los mangos ataulfo o manila son ideales por su sabor suave y aromático.

Combínalos con un mezcal de buena calidad, preferiblemente artesanal y con notas ahumadas ligeras que realcen, sin eclipsar, la frescura del mango. El chamoy, por su parte, añade el contraste justo entre picante, ácido y salado: ajusta su cantidad según tu gusto para lograr el punto exacto de intensidad que prefieras.

Con cada variación, descubrirás una nueva forma de disfrutar esta emblemática bebida mexicana que celebra la mezcla de contrastes, colores y sabores que tanto caracterizan al espíritu del mezcal.

Variaciones de la mangonada drink: ideas creativas para probar en casa

  • Mangonada sin alcohol: omite el mezcal y añade jugo de naranja o agua mineral con gas para una versión refrescante y familiar.  
  • Mangonada tropical: sustituye parte del mango por piña o maracuyá para un toque más exótico.  
  • Mangonada frozen: prepara la mezcla con más hielo y sírvela en copa tipo margarita.  
  • Mangonada picante deluxe: añade rodajas de chile fresco o infunde el mezcal con chile antes de mezclar.  


La mangonada con mezcal, también conocida como Mezcal Mango Cocktail, es mucho más que un cóctel: es una fusión entre la creatividad urbana y la herencia artesanal del agave. Cada sorbo cuenta una historia de contrastes —el dulce del mango maduro, el picor juguetón del chile y el toque ahumado que solo un buen mezcal puede aportar—, una experiencia que resume la esencia misma de México.

Prepararla en casa no solo es una invitación a disfrutar del sabor, sino también a explorar el universo mexicano y la coctelería con mezcal, donde tradición e innovación conviven en perfecta armonía. Disfrútala despacio, deja que los sabores evolucionen en el paladar y permite que te inspire a descubrir nuevas formas de celebrar la cultura del agave y su espíritu inconfundible.