Hay cócteles que simplemente bebes, y otros que realmente experimentas. El Cóctel de Mezcal con Clara de Huevo pertenece a esta segunda categoría. Combina el marcado carácter ahumado del mezcal con la textura cremosa de la clara de huevo, dando como resultado una bebida refinada pero accesible.
La espuma suaviza cada sorbo, los cítricos elevan el sabor y los bitters aportan el toque final perfecto. Es el tipo de cóctel que esperarías pedir en un speakeasy, pero lo suficientemente sencillo como para dominarlo en casa.
En esencia, el Cóctel de Mezcal con Clara de Huevo es una variación del clásico sour. La estructura es conocida: destilado, cítrico y endulzante. Lo que diferencia a esta versión es el uso de mezcal en lugar de tequila, que añade matices terrosos y ahumados, dándole al trago una personalidad más rica.
El segundo elemento distintivo es la clara de huevo, que transforma la textura al crear un cuerpo suave y aterciopelado, coronado por una espuma tan atractiva a la vista como al paladar. El resultado es un cóctel rústico y elegante al mismo tiempo: el mezcal aporta profundidad, los cítricos frescura y la clara une todo en un sorbo sedoso y equilibrado.
La magia de este cóctel está en el equilibrio de sus ingredientes. Necesitarás:
Un mezcal ideal para cócteles debe tener notas ahumadas sin eclipsar al resto de ingredientes. Busca botellas con 40–45% de alcohol. Si es más fuerte, deberás equilibrarlo con cuidado.
La clara es lo que transforma este cóctel de bueno a inolvidable. Sus proteínas generan una espuma estable al agitar, que no solo luce bien sino que suaviza los bordes del trago. Si te preocupa el uso de huevo crudo, usa claras pasteurizadas: seguras y con el mismo efecto.
¿Listo para agitar? Así logras la espuma perfecta y el balance ideal:
El dry shake es imprescindible si quieres esa espuma densa y estable. Si lo saltas, tendrás una capa plana. Después, el wet shake enfría la bebida e integra la dilución, equilibrando la fuerza del mezcal con la acidez y dulzor del cóctel.
Tradicionalmente, se agregan unas gotas de bitters sobre la espuma y se dibuja un patrón con un palillo. Puedes elevar la presentación con un poco de aceite cítrico exprimido en la superficie, ralladura fresca de nuez moscada o incluso un borde de sal ahumada que refuerce el carácter terroso del mezcal.
Si prefieres no usar huevo, o buscas una alternativa vegana, existen opciones que mantienen la textura cremosa. La más común es el aquafaba, el líquido de los garbanzos en conserva. Con 30 ml (1 oz) es suficiente para imitar el efecto espumoso sin alterar el sabor.
Otros sustitutos incluyen foaming bitters o siropes estabilizadores, aunque el aquafaba sigue siendo la opción más fiable y natural.
La belleza de este cóctel es que se adapta a mil versiones. Una vez domines la receta clásica, puedes experimentar con sabores y aromas que resalten el carácter ahumado del mezcal de formas nuevas.
Ya sea añadiendo un toque picante, notas herbales o jugando con diferentes bitters, cada variación aporta una identidad fresca sin perder la esencia sedosa y espumosa del trago.